LA
SENTENCIA DE JOSÉ ORTEGA Y GASSET
(Publicado en El Universal 17/10/2004)
"El
totalitarismo salvará al liberalismo, destiñendo sobre él, depurándolo, y
gracias a ello veremos pronto a un nuevo liberalismo templar los regímenes
autoritarios". Así concluye su obra cumbre La Rebelión de las Masas el filósofo y maestro eterno don José
Ortega y Gasset, quien falleció el 18 de octubre de 1955.
Si
la costumbre jurídica es considerada como la fuente directa y la más antigua
fuente formal del Derecho, vale destacar que entre los usos y convencionalismos
sociales que no se transforman en costumbre jurídica, está el consentimiento
tácito del pueblo que se empeña, una y mil veces, en ignorar, hacer caso omiso,
del mandato contenido en la Ley, lo cual no es más que la obstinación colectiva
de permanecer como muchedumbre atolondrada que niega con sus palabras el
salvajismo, pero acepta y afirma semejante modo de vida, no por lo que dice,
sino por lo que hace.
De
acuerdo con Ortega existe la violencia como vehículo necesario al que se
recurre cuando se han agotado todos los medios para defender la razón y la
justicia. Se distingue la civilización de la barbarie, porque aquélla utiliza
la fuerza como ultima ratio y ésta la
proclama como prima ratio.
Siendo
la característica fundamental del "hombre-masa" la de sentirse vulgar
y negar cualquier instancia superior, el autor nos ilustra: "La masa se
dice: El Estado soy yo'... Pero el caso es que el hombre-masa cree, en efecto,
que él es el Estado y tenderá cada vez más a hacerle funcionar con cualquier
pretexto, a aplastar con él toda manifestación creadora que lo perturbe... en
política, en ideas, en industria". Algo irracional debido a que
"mandar no es tanto cuestión de puños como de posaderas".
Uno
de los más grandes intelectuales de Venezuela, don Guillermo Morón, señaló en
su Historia Política de José Ortega y Gasset: "Los 26 puntos que forman el
Programa de la Falange Española Tradicionalista y de las Juventudes Obreras
Nacional-Sindicalistas, octubre de 1934, tienen afincaderos en muchas prédicas
orteguianas, con excepción de cuestiones de orden religioso y tradicional... Se
sabe además de la admiración del mozo José Antonio Primo de Rivera por el
maestro. Si no se hubiera dejado tentar por el fascismo, hubiera sido aquél un
buen campeón de las doctrinas de éste". Interpretación del hecho histórico
lamentable, primero porque el filósofo expresó con claridad que el bolchevismo
y fascismo son "dos claros ejemplos de regresión sustancial" y
segundo porque reflexionar sobre qué hubiera sido de la Falange Española sin la
contaminación fascista, pertenece al reino de la ficción y jamás tendrá cabida
en el método orteguiano de la "razón histórica".
Al
margen de la diatriba que acusó a Ortega y Gasset como “poco original”,
rastreamos la célebre frase en las Meditaciones
del Quijote, obra del período conocido como perspectivismo: "Yo soy yo
y mi circunstancia, y si la salvo a ella no me salvo yo".
Cuando
enferma la democracia, sencillamente deja de existir; y la salud "depende
de un mísero detalle técnico: el procedimiento electoral". Recordamos que
Roma, según el maestro, al comienzo del siglo I a.C. fue toda poderosa, aunque
estaba muy cerca de extinguirse porque su régimen electoral era falso. Así,
para quienes pretenden conquistar espacios o parcelitas de poder, valga la
sentencia: "Si usted no quiere supeditarse a ninguna norma, tiene usted, velis nolis, que supeditarse a la norma
de negar toda moral, y esto no es amoral, sino inmoral".
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