MISIÓN MISHIMA
(Publicado en El Universal 5/12/2004)
La obra
literaria de Mishima es un legado de cuarenta novelas, veinte libros de
cuentos, poesía y teatro. Dirigió una orquesta sinfónica y también fue
compositor. Cultivó las Artes Marciales y fundó un ejército privado La Sociedad
de los Escudos (Tate No Kai), a quienes "... no se les paga nada. Sólo se
les proporciona un uniforme... extraordinariamente vistoso y fue diseñado por
Tsukumo Igarashi, el único estilista japonés que creó uniformes para De
Gaulle". Representó, como pocos contemporáneos, la vida intelectual
nipona. Sin embargo, decía: "... La literatura no me ha ayudado en
absoluto a ser más sabio. Y ni siquiera a transformarme en un maravilloso
idiota".
Kimitake Hiraoka, verdadero nombre de Yukio
Mishima, acaparó la atención de muchos medios informativos durante la mañana
del 25 de noviembre de 1970 porque ese día murió de una manera especial, tanto
es así, que dicho acontecimiento abonó el terreno hasta para las más
disparatadas especulaciones. En el edificio del Ministerio de la Defensa
Nacional, la arenga resultaba casi inaudible. Las sirenas de la policía y las
ambulancias retumbaban a la vez que los matraqueos aéreos de los helicópteros sobrevolaban
la zona. Ochocientos hombres no escondieron su molestia por haber sido interrumpidos
en su rutina militar para tener que oír con atención el discurso, con serias
cargas de principios morales y fuertes contenidos tradicionalistas, de un civil
heroico. Al tanto de la inutilidad de sus peticiones y protestas, el escritor
guardó silencio. Regresó al despacho en donde varios miembros de su ejército
retenían al general Kanetoshi Masuda, y se dio muerte a través del seppuku.
Siempre se debatió con fervor, valentía,
inteligencia y compasión, entre el deseo de escribir y el de convertirse en un
magnífico samurái. Como artista, su universalidad es incuestionable. Al
respecto Yasunari Kawabata dijo: "No comprendo cómo me han dado el premio
Nóbel existiendo Mishima. Un genio literario como el suyo lo produce la
humanidad sólo cada dos o tres siglos. Tiene un don casi milagroso para las
palabras".
Hay un texto que se convirtió en el manantial de
sus ideas, éste es, el que recoge las enseñanzas de un samurái que vivió entre
los siglos XVII y XVIII: Josho Yamamoto. "Fue el libro de mi juventud
solitaria... es el único que permanece en mí... Siempre al lado de mi
escritorio. El Hagakure es la matriz
de mi literatura". Algunas lecciones contenidas en él tienden a fundir el
amor con la muerte y viceversa para que el egoísmo quede aniquilado y la
dialéctica fracase con sus pretensiones divisorias coincidentia oppositorum. Así, intenta alcanzar por medio de una
férrea disciplina la unidad, sin obviar que en la vida existe un combate
perenne por alcanzar el poder. Isidro Juan Palacios comenta: "... Por eso
el testimonio de su muerte necesita de la máxima propaganda, del máximo
relieve: que el mundo sepa y no sólo Japón que sobre la vida sigue mandando la
muerte".
La famosa tetralogía El Mar de la Fertilidad, compuesta por Nieve de primavera, Caballos
desbocados, El templo del alba y La corrupción de un ángel, ha sido
entendida como el testamento ideológico del autor. En la segunda novela se lee:
"Cuando una sociedad espera amedrentada que ocurra algún hecho, cuando las
cosas han madurado del todo y cuando las circunstancias son tales que nada
puede evitar que los hechos ocurran, ¿no se refleja tal situación en los
rostros de las personas?"
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