UN TOQUE A BALZAC
(Publicado revista Petróleo YV 43/2010)
El viejo está visiblemente
excitado e irritable. No tienes idea de cómo abordarlo. El periódico informa
sobre la decadencia, igual que todos los días. El trabajo se deprecia, el
trabajador se desprecia. Nada nuevo y sin embargo los escándalos producidos por
dicha constante histórica, continúan acaparando el tiempo del público. Nublan
la creatividad e impiden el progreso. Entonces te preguntas: ¿Será que al viejo
le angustia la situación actual? No aguantas, la curiosidad gana y lanzas una pregunta
con la esperanza que lleva el clavadista de encontrar agua en la piscina:
-¿Existe algún autor que no
dibuje al individuo en un espacio reducido, aplastado por la masa y aislado
para sobrevivir?
-¿Para qué quieres saber eso?
-No se, quizá sea mejor tema
que los problemas que agobian al país.
-¿Cuál país?
-No empieces. Contesta mi
pregunta, por favor.
-Tienes razón. ¿Para qué seguir
perdiendo el tiempo con catarsis inútiles? Ni tú ni yo pagaremos la cuenta con
discursos elocuentes sobre lo que deberían hacer los políticos.
-Exacto.
-Presta atención. Hubo un genio
que retrató a sus personajes como hebras de un tejido enorme.
-¿Cómo se llamaba?
-Honoré de Balzac.
-Pero ¿No es el novelista
predilecto de la crítica marxista?
-¡Por Dios! ¿Qué dices? ¿También
vas a repetir como un loro lo que expresan aquellos obstinados, amantes del
pensamiento único?
-Sólo digo lo que aprendí en la
universidad… Disculpa.
-Pues ya es hora de que leas El canon occidental de Harold Bloom.
Te pide que le alcances el
libro. Busca con paciencia la página que desea.
-Escucha: “¿Por qué
conformarnos con politizar el estudio de la literatura? Reemplacemos a los
comentaristas deportivos por lumbreras políticas como primer paso hacia la
reorganización del béisbol… Las responsabilidades políticas del jugador de
béisbol serían tan pertinentes, ni más ni menos, como las responsabilidades
políticas, ahora proclamadas a los cuatro vientos, del crítico literario”.
-Está bien. Me convenciste. Lo
voy a leer.
-Nunca es tarde. Y a propósito
del tiempo y las oportunidades, recuerda que a los cincuenta y un años de edad,
durante la primavera de 1850, Balzac
cumplió uno de sus más grandes anhelos: Casarse con la señora Hanska. En
pleno verano del mismo año, escasos meses después, el 18 de agosto, murió.
-¡Qué injusticia!
-La vida no trae a la justicia
como una impronta en el nacimiento.
-Pero todos tenemos derecho…
Te callas. El gesto que
adviertes en el rostro del viejo es tan elocuente que prefieres dejarlo así.
Notas que ya está animado. Te dice que el carácter de Honoré de Balzac fecundó
muchas anécdotas. Al parecer sufría de cierta esquizofrenia literaria o algo
así. A menudo dejaba ver que existía como personaje más que como humano de
carne y hueso. Enfermo, ordenaba llamar al médico de sus novelas. Decía que
solamente podía creer en su diagnóstico. El fenómeno contrario también se
advierte con nitidez en su obra. Son muchas las zonas reales que están insertas
en la ficción inmortal del autor. Como dice José María Valverde “Balzac es, ante
todo, el mejor personaje de Balzac”.
-Se que su obra es extensa.
-Así es. Albergaba un plan
ambicioso, ciento treinta y siete novelas reunidas bajo un mismo título: Comédie Humaine. Alcanzó a terminar
veinticuatro y un mayor número de narraciones cortas o medias, las cuales se
clasifican en: Escenas de la vida privada;
Escenas de la vida provinciana; Escenas de la vida parisiense; Escenas de la vida política; Escenas de la vida militar; Escenas de la vida de campo y Estudios filosóficos.
-Sus creaciones no le agradan a
todo el mundo.
-Lógico. Eso sucede con los
innovadores. De hecho, el gran Flaubert dijo que Balzac era “un inmenso buen
hombre se segunda fila”. Para mí, eso prueba que la lectura de Balzac es un
ejercicio complejo y fascinante a la vez. Abundan descripciones psicológicas,
fantasías ricas en imágenes, llenas de lírica y la espiritualidad se derrama en
la frontera entre lo religioso y lo mágico.
-Dame un ejemplo.
-La piel de zapa que se encoge cuando el dueño obtiene lo que desea.
-¿Cuál de todas te gusta más?
-Papá Goriot. Cuenta la historia de un anciano que ama a sus hijas,
pero ellas no le obedecen. Lo utilizan para sus trampas y dejan que muera
completamente abandonado.
La tristeza acarició los
párpados del viejo. Es obvio que aún goza de una mente brillante. Ha contestado
tu pregunta y además te ha dicho por qué estuvo tan excitado e irritable cuando
lo saludaste.
Carraspeas y:
-¿Pido la cuenta?
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