martes, 29 de abril de 2014

Gotas de agua


GOTAS DE AGUA

(Publicado en El Universal 14/9/2010)

El camino se acaba. Ya no hay vía. ¿Y el asfalto? No es posible seguir en carro, tampoco a bordo de un rústico. Paso a paso se llega a la playa. Antes de que el cerro se meta en el mar y esculpa la bahía, hay un pequeño delta. Los aguaceros traen el choque de aguas. La mirada se confunde y es difícil distinguir lo que pasa. Da la impresión de que el mar lucha para ascender y conquistar el monte. Aunque todos saben que la corriente viaja de arriba hacia abajo. Natural, simple y maravilloso. Una especie de orden jerárquico que tolera las diferencias, se nutre de ellas para afianzar el equilibrio total. Ir en contra de su fuerza es demostrar, a los cuatro vientos, una temible vocación suicida, un gesto altivo y soberbio condenado al fracaso. ¡Con razón el comunismo no ha servido ni en Cuba! Es un modelo contranatural, un engaño semejante a la ilusión de ver el mar subiendo la montaña por el cauce de un río.

Pero… ¿existe alguna forma de voltear la corriente?, ¿un maletín lleno de billetes, varios contenedores de comida podrida, quizás? De pronto citan a tres o cuatro gotas de agua, presuntas responsables de las mareas oceánicas. Éstas llaman a sus aliadas eternas y comienza el canto hipnótico de las sirenas. Buscan a Ulises. Cuelgan afiches, hacen caravanas, abandonan su trabajo e inspeccionan cada milímetro sin escatimar recursos. Le hablan al cielo y las estrellas. Abren tumbas y profanan el descanso eterno para interrogar a los muertos. Analizan el registro, constatan a cinco millones de fantasmas. Estudian el valor de las circunscripciones, verifican el resultado con riesgo mínimo. ¿Qué es lo que pasa? Ulises se ha ido, las sirenas se cansan de cantar lo mismo, entonces callan, las tres o cuatro gotas de agua lo que están es hartas y mareadas.


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